jueves, 18 de octubre de 2012

Leí esto en Espacio Bagó y me encantó, por eso se los convido...



Los animales también tienen derechos, pero esto muchas veces no es recordado. Es moneda corriente ver perros abandonados por las calles de nuestro barrio, e incluso ver que algunos reciben maltratos en vez de ayuda. Para que esto cambie, el granito de arena debemos sumarlo entre todos y es necesario estar informados acerca de cómo actuar frente a un animal perdido o en situación de maltrato. En esta oportunidad les contamos sobre el trabajo que realiza El Campito Refugio, una asociación civil sin fines de lucro que alberga a más de 700 perros. Marcela Gorla, jefa de prensa del Campito, nos explica varias cosas a tener en cuenta acerca de este tema.

En febrero de 2009, Nany Salgado, directora de la asociación, realizaba la labor de rescatar perros abandonados y los albergaba en su casa, pero llegó a tener casi 70 y fue en ese momento cuando decidió comprar un campo en la localidad de Esteban Echeverría. Allí llevó a los perritos que tenía en su casa y a algunos más rescatados de los zoonosis  de distintos municipios (donde muchas personas abandonan a los perros y se los guarda en jaulas); y así nació El Campito Refugio.

Gorla se acercó al Campito para sumarse en agosto de 2009, luego de escuchar el caso de un perro maltratado que trascendió en las redes sociales y movilizó a toda la sociedad. “Fue el caso de Benet, un perrito comunitario que un hombre quemó vivo. Nany lo recibió en el Campito y le hicieron un montón de curaciones, aun sabiendo que el diagnóstico era reservado”, cuenta.

El Campito Refugio dedica su labor exclusivamente a perros que han sufrido maltratos, accidentes o que por ser abandonados se encuentran en un estado muy grave. También priorizan a los perros más ancianos, ya que es otro grupo al que se suele abandonar. Prefieren no recibir cachorros porque no tienen vacunas y deben estar aislados del resto de los perros para no contagiarse enfermedades.

 “Nuestra mayor población son los perros mestizos, pero también hay perros de raza que son descartados de los criaderos si tienen algún problema o una malformación, o perros de raza abandonados por sus propios dueños porque tienen un cáncer o porque fueron perros de pelea y ya no ‘les sirven’. El otro caso habitual es el de las perras que tuvieron una gran cantidad de embarazos en criaderos y son descartadas”, cuenta Gorla. Aclara que no están en contra de los perros de raza, sino del comercio de animales. En caso de que alguien quiera un perro de raza, Gorla recomienda prestar atención a que el criadero sea legal, a que cumpla con todas las normativas y a que los perros no sean simples hembras o machos reproductores, sino que se los trate bien. 

El trabajo de la gente que lleva adelante el Campito se basa en varias premisas respecto de las cuales intenta concientizar a la sociedad. “Para nosotros los refugios son hogares de tránsito y no un juntadero de perros. Los perritos se rescatan, pero lo ideal es que estén en una casa. Por eso, el trabajo de adopción es uno de nuestros pilares, porque a medida que son adoptados, podemos ingresar nuevos perritos. El promedio de adopciones es de 80 por mes”, explica Gorla.
 
Otra de las ideas que difunde el Campito es decir “no” a la eutanasia. El único control poblacional de los perros callejeros es la esterilización, de la cual tiene que hacerse cargo el Estado a edad temprana y en forma sistemática y gratuita. “El Municipio tiene la obligación de vacunar y castrar a los perros callejeros. Nosotros ayudamos, pero es algo que nos sobrepasa. De todas maneras, los perritos que damos en adopción están castrados o con compromiso de castración por parte de su dueño.”

De esta idea se desprende el ¡sí a la vida! El Campito es el único refugio en el mundo que tiene tanta cantidad de perros discapacitados, ya que en muchos países se los sacrifica. “Creemos que hay que darles una oportunidad a los perros que fueron atropellados y quedaron con alguna discapacidad. Tenemos 120 perros discapacitados que usan carrito y son felices. La gente piensa que el perro está sufriendo pero eso es un problema del dueño. Para mostrar que son felices, este año hicimos una caminata y mucha gente vino con su perrito discapacitado. Nadie dice que es fácil, pero se puede”, asegura Gorla.

Su gran laborPara Gorla el momento más complicado es el del rescate y la recuperación, porque los perros llegan en un estado terrible. “En uno de los últimos casos dramáticos nos dio el alerta un nene que vio a un perro tirado en un baldío y que no sabía si estaba vivo o muerto. Había feo olor y la gente le tiraba agua caliente para que se fuera. El perro tenía una herida enorme en la cara y los gusanos lo estaban comiendo, pero se recuperó y lo adoptó una familia”, cuenta. 

La gran mayoría de los perros se han recuperado de situaciones graves y quedaron con problemas crónicos. Por eso, en el Campito se les hace un seguimiento y exámenes cada vez que los necesitan. 

“Nosotros nos hemos fortalecido. Una frase que dice nuestra directora es que hay que convertir el dolor en acción. No sabemos si los perros van a sobrevivir, pero por lo menos sienten que son dignos y los últimos días o minutos de su vida son queridos. Hay gente que viene al Campito por primera vez y llora todo el día porque piensa: ‘pobres perros’. Yo le digo que mejor piense que hoy están acá y viven felices, aunque no sean adoptados.”

En algunos casos la gente alerta al Campito de la situación y en función de la cantidad de lugar disponible en ese momento y de cómo está el perro se decide qué hacer. Gorla aclara que no pueden hacerse cargo de casos de perros sanos abandonados porque no tienen tanta capacidad y no pueden descuidar al resto. Aquí es cuando piden que la gente se comprometa y actúe. 

Llegado el momento de las adopciones, para Gorla es fundamental elegir una buena familia. Si una persona está interesada, se le mandan fotos de los perros y luego un cuestionario con varias situaciones para evaluar a la familia. Si todo está correcto, firman un contrato de adopción y durante un tiempo algunos voluntarios del Campito asisten al nuevo hogar para controlar que todo marche bien.

Gorla aclara que no dan perros para guardia y que es mejor adoptar a un perro adulto porque ya está educado. “Insistimos con que el cachorro no es un juguete y, como muchas veces llaman para devolverlos, tenemos una cierta cantidad de condiciones a cumplir antes de que la familia se lo lleve. La adopción tiene que ser responsable tanto de parte nuestra como de parte de la familia”, concluye. 

Para adoptar o comprar un perro hay que tener en cuenta que va a vivir 15 años, que puede tener enfermedades y que no es algo intercambiable, sino que se trata de un ser que siente y que tiene derechos. 

¡Todos podemos involucrarnos!
El Campito Refugio trabaja con el sistema de puertas abiertas para que todo aquel que lo desee pueda involucrarse y colaborar. Se puede visitar todos los sábados y, una vez al mes, los domingos, de forma totalmente gratuita. “Nos visita gente del interior y del exterior. Cada fin de semana llegan entre 300 y 400 personas y los domingos hemos tenido casi 1000 visitantes. Contratamos unas combis que salen desde el obelisco para que todos puedan llegar y pasear a los perritos”.

La misión más importante del Campito a largo plazo es la educación. “La única manera de modificar el maltrato y el abandono de los animales es trabajando sobre las bases: educando y concientizando. Además, creemos que trabajando sobre el maltrato animal de alguna manera también trabajamos para que no haya maltrato entre los humanos. Si tenés piedad con los animales es probable que también puedas ejercitarla con las personas”, afirma Gorla.

La ley de protección animal vigente en nuestro país es la 14.346. Esta ley tiene 50 años y permite hacer denuncias en una comisaria o en una fiscalía, con pruebas, fotos o videos y testigos. Según Gorla hoy hay más conciencia sobre el maltrato animal y las cosas están cambiando de a poco. Para el Código Civil argentino, el animal es una cosa, por lo tanto, es una propiedad del dueño. Por eso hay que saber usar las leyes y al hacer la denuncia estar seguros de que se trata de maltrato. “Si hay un animal encerrado en un balcón, eso no es maltrato. Sí lo es si no come, si no toma agua, si lo tienen atado y no puede moverse o si está flaco”, ejemplifica Gorla.

¿Y si está perdido? “Lo mejor es sacar fotos y publicarlo inmediatamente en todas las redes sociales. Si no pueden llevarlo a su casa, hay que tratar de buscarle un lugar o un hogar de tránsito, o se puede pensionar. Otra opción es trabajar entre los vecinos. Por ejemplo, ponerse de acuerdo en una cuadra y que sea un perrito comunitario, identificado, castrado, vacunado y que lo cuida el barrio. Siempre algo se puede hacer. Por eso, es muy importante comprometerse entre todos.”

¿Cómo colaborar?
El Campito no recibe subsidios del Estado ni ningún patrocinio de empresas, pero acepta donaciones. También realiza eventos para recaudar fondos como cenas a beneficio, rifas y colectas tres veces al año (se reúnen en distintos puntos de la Capital Federal y del Gran Buenos Aires y reciben insumos). En este último tiempo, se encuentran realizando una campaña para cementar el Campito. La próxima colecta será en noviembre y habrá una cena a fin de año.

Todos los que quieran pueden colaborar con dinero o con insumos como pipetas, desparasitantes, vendas, etc. En el caso de colaborar con alimento, este debe ser Premium, ya que los perros del Campito están en recuperación continua.

Otra forma de colaborar es apadrinando a alguno de los perritos: ir a visitarlos, pasearlos, preocuparse por ellos, difundir su adopción y buscarles más padrinos. Además, el Campito pronto implementará una capacitación para ser voluntarios que implicará conocer las tareas del refugio y aprender algunas nociones básicas de enfermería, del manejo de las adopciones y del tema de la difusión. 

Tanto hombres como mujeres, chicos como grandes, se suman cada día para colaborar con lo que pueden y ayudar a los perritos más necesitados. ¡Vos también podés ser parte!
Asesoró en esta nota: Marcela Gorla. Jefa de prensa, voluntaria y madrina. www.elcampitorefugio.org. Facebook: El Campito Refugio. Twitter: @elcampito. Madrinazgos: madrinasdelcampito@gmail.com madrinasdelcampito2@gmail.com

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