jueves, 29 de septiembre de 2011

Make up: la base... ¡está!

Además de dejar la cara impecable, hoy, los productos te cuidan la piel; conocé qué hay de nuevo y cuál es la mejor opción para vos





Además de dejar la cara impecable, hoy, los productos te cuidan la piel; conocé qué hay de nuevo y cuál es la mejor opción para vos


¿Cuántas veces escuchaste que usar maquillaje todos los días te iba a arruinar la cara? Que las bases eran témpera, que tapaban tus poros, que te iban a sacar granos o manchas... Pero esto que tus abuelas repetían como "mantra de la belleza" quedó atrás. Hoy, las bases tienen fórmulas que, lejos de eso, mejoran el cutis, previenen los efectos de la edad, nutren, protegen y, a la vez, claro, dejan la cara uniforme y más linda.

Buscan convertirse en las aliadas del cuidado de la piel de las agresiones externas. Actualmente, todas las bases cuentan con FPS 15 o mayor. Otras fórmulas incorporan ingredientes como las ceramidas -que reparan la barrera cutánea- o vitaminas A, E o C, que tienen tanto propiedades de reconstrucción como antioxidantes.

Además, son cada vez más las bases hidratantes con activos que retienen el agua, como ácido hialurónico, o que, además de disimular las arrugas, les suman verdaderos componentes antiedad, como elastinol o retinol.

Ojo, que tampoco es que la base pueda reemplazar el protector solar o la crema hidratante, ¿eh?, sólo potencia el efecto del producto con filtro que tenés que seguir usando (siempre, antes de maquillarte).

Y así como el make up cuida la piel, los productos para cuidar la piel maquillan. Cada vez son más y más variadas las cremas con color. Éstas combinan un 50 por ciento de tratamiento -nutritivo, antiedad o hidratante- con igual porcentaje de maquillaje, para una cobertura natural con foco en la protección.

Agregados que suman

Las fórmulas de maquillaje más avanzadas vienen con microminerales y activos vegetales, que aportan luminosidad, protegen de los radicales libres y cumplen diversas funciones, que se suman a la de maquillar.

Algunos de los componentes de microminerales que se utilizan son:
Magnesio: tiene efecto antioxidante y antienvejecimiento.
Agua mineralizada: brinda hidratación y energiza la piel.
Sílice: sirve para quitar el exceso de grasa.
Zinc: genera un efecto calmante y ofrece protección solar, entre otras propiedades.

Entre los activos vegetales -que tienen, además, la ventaja de provenir de fuentes renovables- más usados figuran:
Proteínas de almendra: disminuyen las arrugas pequeñas creando una película elástica sobre la piel.
Extracto de hibiscus y arroz: estimula la síntesis de colágeno.
Babaçu, manteca de ucuuba y jojoba: generan el tan buscado "efecto aterciopelado".

Otras dos importantes innovaciones recientes en materia de bases de maquillaje son los pigmentos tratados -que se unen para uniformar el color de la base- y los difusores ópticos. Estos últimos pueden ser partículas de cristal líquido que actúan como refractores de luz y, de esta manera, ayudan a disimular las sombras generadas por arrugas y líneas, para que no se noten a simple vista.

Las texturas

Fluidas: son de rápida distribución y poder cubritivo. Duran aproximadamente seis horas. En el caso de piel seca, son recomendadas las bases fluidas confortables, que tarden en secarse y tengan agentes hidratantes. Pueden ser usadas también en pieles grasosas, siempre y cuando sean muy livianas y no aceitosas. Además de las presentaciones tradicionales, las bases líquidas se consiguen también en spray.

Compactas y semicompactas: incluyen desde las tradicionales bases cremosas hasta las presentaciones en barra o en gel. Son un poco más pesadas que las bases fluidas, pero ofrecen diversas ventajas. Por ejemplo, las compactas en gel pueden usarse en todos los tipos de piel. Y la base en mousse tiene el poder cubritivo de la textura cremosa junto con el efecto matificante del polvo, que reduce el brillo. Se seca muy rápidamente y por eso está especialmente recomendada para las que tienen piel grasa.

Polvos: se utilizan preferentemente en pieles normales o grasas. Tienen la desventaja de tener menos poder cubritivo que las anteriores y se absorben rápidamente, por lo cual suelen requerir frecuentes retoques. Sin embargo, absorben la humedad, y por eso pueden utilizarse en zonas de mucha transpiración o grasitud. También, combinarse con otros tipos de base para fijarlas sobre la piel.

Cómo elegir la base

El primer criterio a la hora de elegir la base es tener presente que su función es emparejar el color natural de la cara fundiéndose con él. Optar por un tono incorrecto generaría contrastes obvios con el escote, las orejas y las manos. Lo ideal es que el color del producto sea acorde al de la piel o, como mucho, un punto más oscuro o más claro. Si en la cara prevalecen las zonas rojizas o rosadas, pueden neutralizarse con una base que tienda al amarillo. Por el contrario, si tu tono de piel es apagado, oliva o amarillo, podés aportarle luminosidad con bases rosadas o durazno.

Pero, para elegir correctamente, no basta con mirar un catálogo de colores. Tenés que probar la base directo sobre tu piel porque, al entrar en contacto con el oxígeno, el maquillaje tiende a oxidarse. Lo ideal es hacerlo sobre la cara o, en su defecto, en la parte interna del brazo -que, generalmente, no tiene color-, de manera de ver el efecto final. Además del color, es importante elegir productos oil free (sin aceites) que no le aporten exceso de sebo a nuestra piel.

Por Paula Krizanovic

Expertos consultados:
Estefanía Novillo, make up artist de Yves Saint Laurent.
Verónica Mendoza, make up artist de Natura.
Pablo Fernando Schenfeld, formador & make up artist de Christian Dior.

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