Exfoliación, parte I

Si bien exfoliar significa descamar, pelar, eliminar impurezas; el término en ingles que se utiliza como referente a este procedimiento cosmético, es decir a la eliminación de las células muertas de las capas más superficiales de la epidermis, es ¨Peeling¨
La exfoliación: activa la circulación, suaviza la piel y promueve la regeneración celular que fortalece la piel y la provee de elasticidad.
Se puede exfoliar todo el cuerpo, a pesar de que el procedimiento sea asociado solamente a la zona facial. Esta especialmente indicado para pieles engrosadas por la exposición prolongada al aire libre, temperaturas extremas, mucho viento, pieles arrugadas, secas y con pequeñas arrugas o secuelas de acné.
Procedimiento: Se masajea la zona con el producto elegido,  activando la circulación y eliminando las células muertas e impurezas, luego se debe enjuagar bien con agua fría. Se recomienda como una forma mas practica, hacerlo durante la ducha.
En la piel humedecida aplicamos el producto exfoliante, mediante ligeros masajes de movimientos circulares si se trata de zonas del vientre, caderas y glúteos. Y con movimientos ascendentes si son las extremidades.
Cuando se trata de zonas secas y ásperas como codos, rodillas y tobillos, se prestará mayor atención.
Se recomienda realizarse una exfoliación luego de las vacaciones, mas en el caso si se tomó sol: la exfoliación cuida el bronceado, afina la piel, y la deja suave y más luminosa.
Los hombres también necesitan de tratamientos exfoliantes, debido a su piel más gruesa la cual acumula impurezas.
Porque limpia en profundidad, y deja la zona relajada, pronta a dejarse penetrar mejor por cualquier producto, es que además se utiliza a menudo previo a comenzar un tratamiento de belleza.
En verano la exfoliación puede realizarse semanalmente, pero en invierno este plazo puede ser de quince días en las pieles más finas o secas, o cada diez días en las que presenten mayor resistencia o sean fundamentalmente grasas o mixtas.