lunes, 27 de junio de 2011

Naturalmente jóven

Mitos y verdades sobre el Botox y rellenos faciales. ¿Enemigos o aliados de la belleza femenina?


Mujeres que quieren sentirse atractivas y que buscan una belleza natural que acompañe el paso de los años. En el último tiempo, los especialistas crearon una serie de productos para atenuar las líneas de expresión (huellas previas a las arrugas) y así mantener el aspecto de la piel más jóven por mucho más tiempo. El BOTOX® y los rellenos faciales son dos de los más utilizados en el mundo de la cosmética.





¿Qué es el BOTOX®? ¿Cómo funciona en la piel? ¿Tiene efectos adversos? ¿ Es verdad que desaparece con el tiempo?. Para develar todas estas preguntas es necesario conocer el origen de este producto.





La toxina botulínica, más conocida como BOTOX®, es una proteína natural que se extrae de una bacteria (llamada Clostridium botulinum) que también es utilizada como medicamento. Hace más de una década se aprobó, a través de la FDA (Food and Drug Administration), para tratar problemas en el músculo ocular.





Con el tiempo, los médicos se dieron cuenta de que las arrugas que estaban alrededor de los ojos mejoraban progresivamente. Es así como comenzó a ser utilizado con fines estéticos. Existen siete tipos de toxina botulínica. Los subtipos más usados para aplicación médica o estética son la tipo A (TbA) y la B (TbB). Al respecto, la Doctora Rosi Flom, una eminencia en lo que a aplicación de BOTOX® respecta, afirma: “Antes del 2000 se buscaba frisar la cara, congelar la mirada. Actualmente, se buscan figuras más naturales”.

Según los especialistas, el secreto de éste producto es su aplicación y para esto, nada mejor que una perfecta combinación de arte y ciencia. “No cualquiera puede inyectarlo. Hay que saber exactamente en qué músculo aplicarlo y en qué cantidad. Además, es importante aconsejar bien a los pacientes porque en algunos casos no precisan BOTOX®”, dice la Doctora.

Los lugares más comunes donde se utiliza son el entrecejo, la frente, las patas de gallo, el cuello y el punteado del mentón.





Pero no todo es color de rosa ya que entorno a este tratamiento existen ciertas creencias que, según Flom, es necesario desmitificar:





• “Con Botox ® perdés la expresión, no podes gesticular, deja caras asustadas”. Botox® es una proteína que relaja temporalmente el músculo en el que se aplica. Si está bien aplicado (puntos y dosis correctas), refresca el rostro y lo hace lucir saludable.

• “Una vez que se van los efectos, se notan más defectos que antes”. Todo lo contrario. No sólo reduce las arrugas, también las previene evitando nuevas apariciones y la profundización de las ya existentes.

• “Deforma los labios”. ¡No se inyecta en los labios! Aquellos que lucen exagerados o deformes fueron rellenados con silicona o metacrilato, ambos rellenos permanentes.

• “No se puede aplicar muchas veces porque es una toxina”. No existen riesgos en su uso repetido ya que en neurología se emplea en dosis mayores en forma regular. Un dato importante: dejar pasar 3 meses entre aplicación y aplicación para no desarrollar anticuerpos.

• “Hay cremas con Botox® o efecto Botox®”. Las cremas actúan a nivel superficial, mientras que el Botox® lo hace a través del músculo.

• “Es peligroso aplicarse Botox®”. Los efectos adversos aparecen en menos del 1% de los casos, y son leves, localizados y temporales. Algunos de ellos, enrojecimiento y/o dolor en la zona de aplicación, pequeños hematomas o dolor de cabeza.

• “Botox® es para mujeres mayores de 40 años”. Su uso es recomendado a partir de los 30. De hecho, muchas mujeres de esta edad se lo aplican como efecto preventivo.

• “Los rellenos “inflan” la cara”. Los rellenos permanentes son los que dan la sensación de “inflado”. En cambio, los rellenos temporales (ácido hialurónico) son reabsorbibles y buscan reponer el volumen que se perdió con el paso del tiempo.

• “Existen distintas calidades de Botox®” Botox® es una marca y es la pionera en el mercado. Cuenta con más de 3.000 publicaciones acerca de su eficacia y seguridad. Es importante pedirle al médico que muestre siempre el producto que está aplicando para asegurarse de que esté aprobado por los organismos regulatorios.

• “La aplicación de Botox® o de rellenos duele”. Botox® se aplica por medio de micro inyecciones y es indoloro. Además, en pacientes con un umbral de dolor bajo se pueden utilizar las cremas anestésicas para reducir la molestia de la aplicación. En el caso de los rellenos, más precisamente en la línea Juvéderm® existe un anestésico local que se utiliza.

Asesoramiento: Dra. Rosi Flom

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